Adopción de Dublín

Casi nunca tenemos la oportunidad de escribir una historia tan bonita y con un final tan feliz, aunque de momento incompleto, tú lo podrías concluir si decides adoptar a este peque, cerrando esta cadena de solidaridad hacia este pequeño indefenso.
Esta cadena empieza con una vecina que tras dos días de oírle maullar desesperadamente desde dentro de un coche pidiendo ayuda no mira hacia otro lado y llama insistentemente a la policía para que saquen a este peque del motor.
Continúa con los policías que tras varias horas intentando sacarlo del coche piden ayuda a la grúa porque se resisten a abandonar al pequeño a su suerte, el conductor de la grúa se sumó sin dudar, hizo todo lo posible para que pudieran acceder a lo más recóndito del motor donde se había escondido Dublín aterrorizado.
El desvelo de los policías no terminó con su rescate, se lo llevaron al cuartel, le compraron comida, estaba tan hambriento que se metió dentro del cuenco a comer.
El cuartel evidentemente no era sitio para él, la cadena continuó con la compañera de uno de los policías que acudió a su llamada para llevárselo a casa y darle los primeros cuidados.
Al principio pensaron que era una gatita color carey, pero no, ni mucho menos, tras un concienzudo baño apareció un precioso machito color canela, todo lo demás eran kilos y kilos de grasa.
Al día siguiente lo llevaron al veterinario que tras un exhaustivo reconocimiento confirmó que estaba bien a pesar de todos sus sufrimientos, confirmó lo que todos ya intuían: Dublín era un caso más de gato abandonado porque era sumamente cariñoso y bueno, lo que se dice un gato CASERO.
En esta casa estuvo varios días, estuvo cuidado y mimado como deberían serlo todos los pequeños.
Al poco contactaron con nuestra asociación que nos hicimos cargo de él.
Ahora se encuentra en una casa de acogida junto a otros tres pequeños, lejos quedan sus días de sufrimiento, hambre y miedo. Se pasa el día jugando con sus compañeros, saboreando rica comida, pidiendo mimos y caricias. Le encanta estar en el regazo, es su sitio preferido para descansar de sus batallitas felinas.
Todo lo hecho por él sólo tendrá sentido cuando podamos completar esta cadena, encontrando un hogar para él, es lo que realmente dará sentido a su corta vida y recompensará todos sus sufrimientos.
No lo pienses con la cabeza, siéntelo con el corazón. Mira a los ojos de este peque y verás todo lo que te puede ofrecer, todo lo que podéis compartir juntos, todo lo que os podréis llegar a querer.